|
11 de agosto.
Introducción al curso
|
|
18 agosto
·
Introducción de la Guía de Novohispana I
·
"Carta que escribió don Cristóbal Colon. Virrey y Almirante de
las Indias, á los cristianísimos y muy poderosos Rey y Reina de España,
nuestros señores, en que les notifica cuanto le ha acontecido en su viaje; y
las tierras, provincias, ciudades, ríos y otras cosas maravillosas, y donde
hay minas de oro en mucha cantidad, y otras cosas de gran riqueza y
valor". (http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/relacionesYCartasDeCristobalColon.pdf)
|
|
25 agosto
·
Introducción unidades 2 y 3 de la guía de Novohispana 1
·
"Primera carta de Relación de Hernán Cortés". (http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1519_279/Primera_Carta_de_Relaci_n_de_Hern_n_Cort_s_460.shtmlg).
·
Margo Glantz. "La ciudad de México en las Cartas de Relación de
Hernán Cortés". (http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ciudad-y-escritura---la-ciudad-de-mxico-en-las-cartas-de-relacin-de-hernn-corts-0/html/929c4d1c-1cba-4e08-aff6-11b50c154390_3.html#I_0_
|
|
1 de septiembre
·
De La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España (Tomo
1), de Bernal Díaz del Castillo:(http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/historia-verdadera-de-la-conquista-de-la-nueva-espana-tomo-i--0/html/)
Ø
Cap. II
Ø
Cap. VII
Ø
Cap. XXVIII
Ø
Cap. LIX
Ø
Cap. LXXXVIII
|
|
8 de septiembre
|
|
22 de septiembre
|
|
29 de septiembre
·
Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Los Naufragios. (http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/NoFiccion/CabezadeVacaNaufragios.pdf)
|
|
6 de octubre
·
Fray Toribio de Benavente Motolinía. Relaciones de la Nueva España.
Cap. II. "La misión franciscana". Se puede conseguir en la
colección Biblioteca del estudiante universitario o en Editorial Porrúa.
Colección “Sepan cuántos”.
·
Ximénez, Fray Francisco. Historia de la provincia de San Vicente de
Chiapa y Guatemala. Tomo II. Capítulos IX, X, XI, XVII, XVIII, XIX.
Disponible en: https://ia700406.us.archive.org/24/items/historiadelasind02dur/historiadelasind02dur.pdf
Lectura de apoyo.
|
|
13 de octubre
·
Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme, Tomo II, de Diego Durán. Capítulos
LXVIII a LXXVII. Disponible en:
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12371733118015969643624/index.htm
|
|
20 de octubre
·
Fray Jerónimo de Mendieta. Historia eclesiástica indiana. Libro
tercero. Capítulos XIII, XIV, XV y XVI. El libro está en Porrúa y se puede
conseguir en la biblioteca.
|
|
27 de octubre
·
Guía Novohispana I. Introducción Unidad 8, 9 y 10. Lecturas
|
|
3 de noviembre
·
Guía Novohispana I. Unidad 11, 12 y 13
|
|
10 de noviembre
·
Guía Novohispana I. Unidad 14
|
|
24 de noviembre
Examen final
|
martes, 12 de agosto de 2014
miércoles, 21 de agosto de 2013
Temas de la unidad Fecha
de entrega
- Sociedad Novohispana en el siglo XVI 1 de septiembre
- Cronistas. Testimoniales, evangelizadores 29 de septiembre
- Poesía novohispana siglo XVI 20 octubre
- Teatro evangelizador siglo XVI 24 noviembre
1.
Para poder acreditar
el curso, el alumno deberá entregar los cuatro trabajos solicitados en el
curso.
Texto básico: Herrera, Arnulfo. Guía de Literatura Novohispana I
jueves, 12 de febrero de 2009
Introducción a la literatura novohispana
La llamada literatura de México tiene sus antecedentes en las literaturas de los pueblos indígenas de Mesoamérica. Sin embargo, con la llegada de los españoles se dio un proceso de mestizaje que luego dio paso a una época de criollización de la literatura producida en la Nueva España. El mestizaje de la literatura novohispana es evidente en la incorporación de numerosos términos de uso corriente en el habla local del virreinato, así como en algunos de los temas que se tocaron en las obras del período.
Cristobal Colón
Según varios estudiosos, Cristóbal Colón nació en Génova, aunque algunas opiniones difieren en cuanto a su origen (catalán, castellano, francés, griego, etc). Por otro lado, la fecha de su nacimiento oscila entre el 26 de agosto y el 31 de octubre de 1451.Era hijo de un matrimonio de humildes tejedores: Diego, Doménico o Domingo Colombo y Susana Fontanarrosa fueron sus padres.
Se interesó desde niño por la navegación y, desde muy joven, trabajó como grumete.
En 1477, cuando vivía en Lisboa, Portugal, se casó con Felipa Muñiz de Perestrello, con quien tuvo a su hijo Diego en 1482.
Interesado por la geografía, leyó tratados y conoció los mapas que circulaban en su época. Deseaba llegar a las Indias Orientales, tierra en las que suponía que iba a encontrar grandes riquezas.
En 1484, al fallecer su esposa, viajó con su hijo a España y residió en el Convento de la Rábida. Allí, los monjes aceptaron sus teorías y proyectos.
En 1486 los Reyes Católicos lo recibieron por primera vez en Alcalá de Henares, Madrid, pero una junta de expertos rechazó sus proyectos.
En 1488 conoció a Beatriz Enríquez de Arana, con quien tuvo a su segundo hijo, Fernando.
Con la ayuda de uno de los religiosos del convento, Fray Juan Pérez, logró el apoyo de los reyes de España, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, quienes solventaron económicamente la organización de la expedición.
El 17 de abril de 1492 se firmaron las capitulaciones de Santa Fe, que concedieron a Colón el título de almirante de la expedición, el de virrey de la tierra que conquistara y el diez por ciento de la riquezas que pudiera traer a España.
El 3 de agosto de 1492, Colón partió de Puerto de Palos, España, y el 12 de octubre de ese año desembarcó por primera vez la tripulación en la Isla Guanahaní (luego bautizada como San Salvador).
Ya de vuelta en España relató sus experiencias en las Indias y tuvo una excelente recepción por parte de los reyes católicos.
A partir de entonces, Colón realizó otros viajes, pero ninguno logró tanto éxito como el primero.
Olvidado, triste y enfermo, el gran navegante falleció el 20 de mayo de 1506 en Valladolid, en compañía de sus dos hijos y de dos de sus fieles marinos. En 1544 sus cenizas fueron trasladadas a Santo Domingo y, a partir de 1796, quedaron en la Catedral de La Habana.
Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo
Hernán CortésConquistador español de México (Medellín, Badajoz, 1485 - Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1547). Procedente de una familia de hidalgos de Extremadura, Hernán Cortés estudió brevemente en la Universidad de Salamanca. En 1504 pasó a las Indias recién descubiertas por Colón y se estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo). Participó en la expedición a Cuba de 1511 como secretario del gobernador Diego Velázquez, con quien emparentó al casarse con su cuñada. En compensación por este matrimonio Velázquez lo nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago.
En 1518 Diego Velázquez confió a Hernán Cortés el mando de una expedición a Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del encargo antes de partir. Advertido Cortés, aceleró la partida y se hizo a la mar antes de recibir la notificación.
Con once barcos, unos seiscientos hombres, 16 caballos y 14 piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a Cozumel y Tabasco; allí derrotó a los mayas y recibió -entre otros regalos- a la india doña Marina, que le serviría como amante, consejera e intérprete durante toda la campaña.
Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz. Allí tuvo noticias de la existencia del imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista.
Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus naves en Veracruz. Logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas. Tras saquear Cholula, llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma, que se declaró vasallo del rey de Castilla.
Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz. Allí tuvo noticias de la existencia del imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista.
Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus naves en Veracruz. Logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas. Tras saquear Cholula, llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma, que se declaró vasallo del rey de Castilla.
Entonces tuvo que dejar la ciudad a su lugarteniente Alvarado, para hacer frente a las tropas de Pánfilo de Narváez, enviadas por el gobernador Velázquez para castigar su rebeldía y devolverle a Cuba; Cortés los derrotó en Cempoala y consiguió que se uniese a él la mayor parte del contingente (1520). Cuando regresó a Tenochtitlán, encontró una gran agitación indígena contra los españoles a causa de la matanza realizada a sus nobles por Alvarado con la excusa de desbaratar una supuesta conspiración.
Hizo prisionero a Moctezuma e intentó que éste mediara para calmar a su pueblo, sin lograr otra cosa que la muerte del emperador. Finalmente, Cortés se vio obligado a abandonar Tenochtitlán en la llamada «Noche Triste» (30 de junio de 1520), en la que su pequeño ejército resultó diezmado.
Refugiado en Tlaxcala, siguió luchando contra los aztecas -ahora bajo el mando de Cuauhtémoc-, a los que derrotó en la batalla de Otumba; y, finalmente, cercó y tomó Tenochtitlán (1521). Destruida la capital azteca, reconstruyó en el mismo lugar la ciudad española de México. Dominado el antiguo imperio azteca, lanzó expediciones hacia el sur para anexionar los territorios de Yucatán, Honduras y Guatemala.
Los detalles de la conquista de México, así como los argumentos que justificaban las decisiones de Hernán Cortés fueron expuestos en las cuatro Cartas de relación que envió al rey. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general de Nueva España (nombre que dieron los conquistadores al territorio mexicano). Sin embargo, la Corona española -ya en manos de Carlos I- practicó una política de recorte de los poderes de los conquistadores, para controlar más directamente las Indias; funcionarios reales aparecieron en México enviados para compartir la autoridad de Cortés hasta que, en 1528, éste fue destituido y enviado a la Península.
En España salió absuelto de todas las acusaciones que se le hicieron e incluso fue nombrado marqués del Valle de Oaxaca, además de conservar el cargo honorífico de capitán general, aunque sin funciones gubernativas. De vuelta a México en 1530, todavía organizó algunas expediciones de conquista, como las que incorporaron a México la Baja California (1533 y 1539).
Regresó nuevamente a España para intentar obtener mercedes de la Corona por los servicios prestados, para lo cual llegó a participar en una expedición contra Argel en 1540; pero sus reclamaciones nunca obtuvieron plena satisfacción. Se instaló en un pueblo cercano a Sevilla, en donde reunió una tertulia literaria y humanística. Al morir, sus restos fueron trasladados a la ciudad de México.
Los detalles de la conquista de México, así como los argumentos que justificaban las decisiones de Hernán Cortés fueron expuestos en las cuatro Cartas de relación que envió al rey. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general de Nueva España (nombre que dieron los conquistadores al territorio mexicano). Sin embargo, la Corona española -ya en manos de Carlos I- practicó una política de recorte de los poderes de los conquistadores, para controlar más directamente las Indias; funcionarios reales aparecieron en México enviados para compartir la autoridad de Cortés hasta que, en 1528, éste fue destituido y enviado a la Península.
En España salió absuelto de todas las acusaciones que se le hicieron e incluso fue nombrado marqués del Valle de Oaxaca, además de conservar el cargo honorífico de capitán general, aunque sin funciones gubernativas. De vuelta a México en 1530, todavía organizó algunas expediciones de conquista, como las que incorporaron a México la Baja California (1533 y 1539).
Regresó nuevamente a España para intentar obtener mercedes de la Corona por los servicios prestados, para lo cual llegó a participar en una expedición contra Argel en 1540; pero sus reclamaciones nunca obtuvieron plena satisfacción. Se instaló en un pueblo cercano a Sevilla, en donde reunió una tertulia literaria y humanística. Al morir, sus restos fueron trasladados a la ciudad de México.
Conquistador y cronista español (Medina del Campo, Valladolid, h. 1492 - Guatemala, h. 1585). Desde joven se decidió por la carrera de las armas y debido a su afán de aventuras, hacia 1514 se embarcó a América viajando sucesivamente con las expediciones de Pedro Arias de Ávila (a Darién, o sea Centroamérica), Francisco Hernández de Córdoba (a Yucatán) y Juan de Grijalva (a Tabasco). Casado con Angelina Díaz tuvo un hijo llamado Diego.
Por tres años estuvo al servicio de Diego Velázquez en Cuba hasta que se le incluyó en la expedición de Hernán Cortés. Desde el 18 de febrero de 1519 fue soldado de las huestes de Pedro de Alvarado por lo que participó en la conquista del imperio mexica. Fue testigo presencial de la prisión y muerte de los tlahtoanis Moctezuma y Cuitláhuac, vivió la llamada «Noche Triste» y peleó por la toma de México-Tenochtitlán.
Al concluir ésta, se unió a la expedición de Gonzalo de Sandoval hacia Coatzacoalcos y llegó a ser regidor de la villa del Espíritu Santo. Después participó en la conquista de Chiapas y en 1524, partió con Hernán Cortés a la conquista de las Hibueras (Honduras) la que resultó un fracaso por lo que regresó por tierra a la ciudad de México.
Tras una prolongada estancia en esa ciudad, viajó en 1539 a España para reclamar sus derechos por haber participado en la conquista de México pero sólo obtuvo un corregimiento en el Soconusco. Inconforme, continuó buscando una recompensa por parte de la corona española, por lo que hizo varios viajes entre España y América, hasta que decidió establecerse con su familia definitivamente en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Ahí llegó a sus manos el libro Historia General de las Indias escrito por el capellán de Cortés, Francisco López de Gómara. Éste, sin haber estado en México hizo una descripción de la Conquista en la que enaltecía la figura de don Hernán a quien le atribuyó todo el mérito de la Conquista. Molesto por esta interpretación, Díaz del Castillo escribió su propia versión en la crónica titulada Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en la que, con sencillez, hizo un extenso relato épico en el que resaltó el papel de los soldados españoles y reconoció con respeto, la defensa heroica de los indígenas. Díaz del Castillo murió en Guatemala en 1585 y su obra no fue publicada hasta 1632.
Por tres años estuvo al servicio de Diego Velázquez en Cuba hasta que se le incluyó en la expedición de Hernán Cortés. Desde el 18 de febrero de 1519 fue soldado de las huestes de Pedro de Alvarado por lo que participó en la conquista del imperio mexica. Fue testigo presencial de la prisión y muerte de los tlahtoanis Moctezuma y Cuitláhuac, vivió la llamada «Noche Triste» y peleó por la toma de México-Tenochtitlán.
Al concluir ésta, se unió a la expedición de Gonzalo de Sandoval hacia Coatzacoalcos y llegó a ser regidor de la villa del Espíritu Santo. Después participó en la conquista de Chiapas y en 1524, partió con Hernán Cortés a la conquista de las Hibueras (Honduras) la que resultó un fracaso por lo que regresó por tierra a la ciudad de México.
Tras una prolongada estancia en esa ciudad, viajó en 1539 a España para reclamar sus derechos por haber participado en la conquista de México pero sólo obtuvo un corregimiento en el Soconusco. Inconforme, continuó buscando una recompensa por parte de la corona española, por lo que hizo varios viajes entre España y América, hasta que decidió establecerse con su familia definitivamente en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Ahí llegó a sus manos el libro Historia General de las Indias escrito por el capellán de Cortés, Francisco López de Gómara. Éste, sin haber estado en México hizo una descripción de la Conquista en la que enaltecía la figura de don Hernán a quien le atribuyó todo el mérito de la Conquista. Molesto por esta interpretación, Díaz del Castillo escribió su propia versión en la crónica titulada Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en la que, con sencillez, hizo un extenso relato épico en el que resaltó el papel de los soldados españoles y reconoció con respeto, la defensa heroica de los indígenas. Díaz del Castillo murió en Guatemala en 1585 y su obra no fue publicada hasta 1632.
Fray Toribio de Benavente

Conocido también como «Motolinía» por su vida sencilla y pobre, nació en Benavente (Zamora, España) a finales del siglo XV, y murió en México, después de haber desarrollado una inmensa labor evangelizadora. Fue uno de «los doce apóstoles de México».
Su apellido era Paredes; adoptó el de su villa natal en la Orden franciscana y el apodo de Motolinía, «el pobre», con que es más conocido en Nueva España, al oírse llamar así por los indios. Ingresó en la Orden a los diecisiete años, y, amigo de fray Martín de Valencia, le llevó éste a Méjico como predicador y confesor en el grupo de doce frailes que, para implantar definitivamente el cristianismo en Nueva España, partieron en 1524, siendo recibidos con suma reverencia por Hernán Cortés para impresionar a los indios con ella en contraste con la humildad de su aspecto. Quedó Motolinía, al parecer, de guardián del convento de la capital, y durante la expedición de Cortés a Honduras, junto con fray Martín de Valencia, sufrió las persecuciones del factor [oficial recaudador] Gonzalo de Salazar, por su defensa de los indios.
De 1527 a 1529 estuvo en Guatemala para estudiar la fundación de las misiones, llegando hasta Nicaragua, y desarrolló una amplia acción evangelizadora. Vuelto al convento de Huejotzingo, de nuevo hubo de amparar a los indios contra los atropellos de Nuño de Guzmán, incitando a los caciques a quejarse a fray Juan de Zumárraga, primer obispo de Méjico, atrayéndose una acusación de intentar la independencia de Nueva España, en forma de Estado indígena dirigido por los misioneros bajo la soberanía del rey de España y con exclusión de los colonos españoles. El cargo era falso, pero aconsejó Motolinía el gobierno del país por infantes españoles. Pasó, en 1530, al convento de Tlaxcala y contribuyó activamente a la fundación de la ciudad de Puebla de los Angeles (1531). Desenvolvió luego su acción misionera en Tehuantepec, con el padre Valencia; en Guatemala de nuevo (1534), en Yucatán, con fray Jacobo de Testera, y por tercera vez en Guatemala (1543), para organizar la custodia de este país y de Yucatán.
Surgida la cuestión de las Nuevas Leyes, se colocó Motolinía enfrente de los dominicos y de Las Casas, pues no obstante su amor a los indios, no compartía el optimismo ni los puntos de vista en exceso idealistas de aquél, ateniéndose a las realidades creadas. El ayuntamiento y los colonos de Guatemala le pidieron que volviera y los defendiera contra Las Casas, cuando renunció en 1545, pero se negó, como también rehusó un obispado que le ofreció Carlos V. De 1548 a 1551 fue ministro provincial de su Orden. Se retiró de las labores misioneras, pero aún fundó varios conventos, de los que fue guardián; en 1555 escribió una célebre carta al emperador contra Las Casas en defensa de la Conquista, de los colonos y de la evangelización, y censurando sus inexactitudes y sus desaforados ataques a los españoles. Residió los últimos años de su vida en la capital, donde falleció en 1565, y no en 1569, como se ha supuesto.
Había consagrado toda su vida a los indios, a los que amó hondamente, los comprendió y defendió en el terreno de las realidades y de modo práctico, dejando fama de uno de los más celosos y piadosos misioneros de los primeros tiempos. Buen conocedor del idioma, costumbres y pasado indígena, le encomendó la Orden, en 1536, que escribiera el relato de las antigüedades mejicanas y la historia de la conversión, lo que efectuó Motolinía en los años siguientes; permaneció inédita la obra, conocida con el título convencional de Historia de los indios de la Nueva España, hasta que la publicó fragmentariamente lord Kingsborough, en 1848, y completa García Icazbalceta en la Colección de documentos para la Historia de México, en 1858. La precede una Epístola proemial al conde de Benavente, sobre la historia azteca. En lenguaje castizo y con mucho escrúpulo crítico refiere Motolinía simultáneamente la historia de la conversión y las costumbres y modo de vivir, ritos y cultura de los indios, por lo que su obra es una de las fuentes más importantes para el conocimiento de la etnografía y del estado de la civilización de Méjico en la época de la conquista, haciendo patente el espíritu curioso y observador del autor. Si defiende la Conquista no deja de censurar duramente los abusos de los colonos, y expresa admiración por la naturaleza mejicana. Escribió también varias cartas, además de las citadas; Guerra de los indios o Historia de la Conquista, perdida, pero muy utilizada por Cervantes de Salazar; los Memoriales, eslabón entre la anterior y su Historia (publ. por L. García Pimentel, en 1903), entre los que se incluye una explicación del calendario azteca; algunos tratados espirituales perdidos y una doctrina cristiana en lengua mejicana, asimismo perdida, pero que se supone ser la impresa por Zumárraga en 1539 (cf. la ed. de la Historia por fray Daniel Sánchez García, Barcelona, 1914, y la trad. inglesa y estudio por Francis Borgia Steck, O.F.M., Washington, 1941).
Su apellido era Paredes; adoptó el de su villa natal en la Orden franciscana y el apodo de Motolinía, «el pobre», con que es más conocido en Nueva España, al oírse llamar así por los indios. Ingresó en la Orden a los diecisiete años, y, amigo de fray Martín de Valencia, le llevó éste a Méjico como predicador y confesor en el grupo de doce frailes que, para implantar definitivamente el cristianismo en Nueva España, partieron en 1524, siendo recibidos con suma reverencia por Hernán Cortés para impresionar a los indios con ella en contraste con la humildad de su aspecto. Quedó Motolinía, al parecer, de guardián del convento de la capital, y durante la expedición de Cortés a Honduras, junto con fray Martín de Valencia, sufrió las persecuciones del factor [oficial recaudador] Gonzalo de Salazar, por su defensa de los indios.
De 1527 a 1529 estuvo en Guatemala para estudiar la fundación de las misiones, llegando hasta Nicaragua, y desarrolló una amplia acción evangelizadora. Vuelto al convento de Huejotzingo, de nuevo hubo de amparar a los indios contra los atropellos de Nuño de Guzmán, incitando a los caciques a quejarse a fray Juan de Zumárraga, primer obispo de Méjico, atrayéndose una acusación de intentar la independencia de Nueva España, en forma de Estado indígena dirigido por los misioneros bajo la soberanía del rey de España y con exclusión de los colonos españoles. El cargo era falso, pero aconsejó Motolinía el gobierno del país por infantes españoles. Pasó, en 1530, al convento de Tlaxcala y contribuyó activamente a la fundación de la ciudad de Puebla de los Angeles (1531). Desenvolvió luego su acción misionera en Tehuantepec, con el padre Valencia; en Guatemala de nuevo (1534), en Yucatán, con fray Jacobo de Testera, y por tercera vez en Guatemala (1543), para organizar la custodia de este país y de Yucatán.
Surgida la cuestión de las Nuevas Leyes, se colocó Motolinía enfrente de los dominicos y de Las Casas, pues no obstante su amor a los indios, no compartía el optimismo ni los puntos de vista en exceso idealistas de aquél, ateniéndose a las realidades creadas. El ayuntamiento y los colonos de Guatemala le pidieron que volviera y los defendiera contra Las Casas, cuando renunció en 1545, pero se negó, como también rehusó un obispado que le ofreció Carlos V. De 1548 a 1551 fue ministro provincial de su Orden. Se retiró de las labores misioneras, pero aún fundó varios conventos, de los que fue guardián; en 1555 escribió una célebre carta al emperador contra Las Casas en defensa de la Conquista, de los colonos y de la evangelización, y censurando sus inexactitudes y sus desaforados ataques a los españoles. Residió los últimos años de su vida en la capital, donde falleció en 1565, y no en 1569, como se ha supuesto.
Había consagrado toda su vida a los indios, a los que amó hondamente, los comprendió y defendió en el terreno de las realidades y de modo práctico, dejando fama de uno de los más celosos y piadosos misioneros de los primeros tiempos. Buen conocedor del idioma, costumbres y pasado indígena, le encomendó la Orden, en 1536, que escribiera el relato de las antigüedades mejicanas y la historia de la conversión, lo que efectuó Motolinía en los años siguientes; permaneció inédita la obra, conocida con el título convencional de Historia de los indios de la Nueva España, hasta que la publicó fragmentariamente lord Kingsborough, en 1848, y completa García Icazbalceta en la Colección de documentos para la Historia de México, en 1858. La precede una Epístola proemial al conde de Benavente, sobre la historia azteca. En lenguaje castizo y con mucho escrúpulo crítico refiere Motolinía simultáneamente la historia de la conversión y las costumbres y modo de vivir, ritos y cultura de los indios, por lo que su obra es una de las fuentes más importantes para el conocimiento de la etnografía y del estado de la civilización de Méjico en la época de la conquista, haciendo patente el espíritu curioso y observador del autor. Si defiende la Conquista no deja de censurar duramente los abusos de los colonos, y expresa admiración por la naturaleza mejicana. Escribió también varias cartas, además de las citadas; Guerra de los indios o Historia de la Conquista, perdida, pero muy utilizada por Cervantes de Salazar; los Memoriales, eslabón entre la anterior y su Historia (publ. por L. García Pimentel, en 1903), entre los que se incluye una explicación del calendario azteca; algunos tratados espirituales perdidos y una doctrina cristiana en lengua mejicana, asimismo perdida, pero que se supone ser la impresa por Zumárraga en 1539 (cf. la ed. de la Historia por fray Daniel Sánchez García, Barcelona, 1914, y la trad. inglesa y estudio por Francis Borgia Steck, O.F.M., Washington, 1941).
Álvar Nuñez Cabeza de VacaFue un explorador español, nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) hacia 1490.
En 1527 fue miembro de una expedición que tenía por finalidad la búsqueda de oro, integrada por 300 hombres y capitaneada por Pánfilo de Narváez. Dicha expedición llegó a la bahía de Tampa hacia abril de 1528, y de allí se dirigieron por tierra hacia México. Fueron muriendo muchos de los integrantes de este grupo, por lo que Álvar Núñez Cabeza de Vaca se convirtió en jefe de estos conquistadores. En una isla los indígenas los capturaron.
Después de seis años de cautiverio, Álvar Núñez Cabeza de Vaca y otros tres expedicionarios lograron huir en 1535, y recorrieron el sudoeste estadounidense y norte de México hasta llegar a un poblado a orillas del río Sinaloa.
En 1527 fue miembro de una expedición que tenía por finalidad la búsqueda de oro, integrada por 300 hombres y capitaneada por Pánfilo de Narváez. Dicha expedición llegó a la bahía de Tampa hacia abril de 1528, y de allí se dirigieron por tierra hacia México. Fueron muriendo muchos de los integrantes de este grupo, por lo que Álvar Núñez Cabeza de Vaca se convirtió en jefe de estos conquistadores. En una isla los indígenas los capturaron.
Después de seis años de cautiverio, Álvar Núñez Cabeza de Vaca y otros tres expedicionarios lograron huir en 1535, y recorrieron el sudoeste estadounidense y norte de México hasta llegar a un poblado a orillas del río Sinaloa.
A su regreso a España en 1537, la corona lo nombró Adelantado Gobernador del Virreinato del Río de la Plata.
Entre 1541 y 1542 estuvo al frente de una expedición que recorrió 1.600 km, a través del sur de lo que es hoy Brasil, hasta Asunción. En esta expedición descubrió las Cataratas del Iguazú.
En 1544 volvió a España bajo arresto por oponerse al uso de tanta barbarie hacia los indios, allí lo desterraron y enviaron al África, hasta 1556 en que obtuvo el perdón por parte de Felipe II, quien lo nombró presidente del tribunal supremo de Sevilla. Tomó los hábitos y se radicó en un monasterio sevillano.
Falleció en Sevilla hacia 1560.
Entre 1541 y 1542 estuvo al frente de una expedición que recorrió 1.600 km, a través del sur de lo que es hoy Brasil, hasta Asunción. En esta expedición descubrió las Cataratas del Iguazú.
En 1544 volvió a España bajo arresto por oponerse al uso de tanta barbarie hacia los indios, allí lo desterraron y enviaron al África, hasta 1556 en que obtuvo el perdón por parte de Felipe II, quien lo nombró presidente del tribunal supremo de Sevilla. Tomó los hábitos y se radicó en un monasterio sevillano.
Falleció en Sevilla hacia 1560.
Fray Bernardino de Sahagún
Nació en Sahagún, reino de León, España entre 1499 y 1500, murió en la Ciudad de México (Nueva España) en 1590. Su apellido era Ribeira y lo trocó por el de su villa natal. Estudió en Salamanca y llegó a la Nueva España en 1529 con el fraile Antonio de Ciudad Rodrigo y 19 hermanos más de la Orden de San Francisco.Tenía muy buena presencia, según lo afirmaba fray Juan de Torquemada que cuenta que “lo escondían los religiosos ancianos a la vista de las mujeres."Los primeros años de su residencia los pasó en Tlalmanalco (1530-1532) y luego fue guardián del convento de Xochimilco y, por lo que se conjetura, también su fundador (1535).Enseñó latinidad en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco durante cinco años a partir de su fundación, el 6 de enero de 1536; y en 1539 era lector en el convento anexo a la escuela. Entregado a varios menesteres de su Orden anduvo por el Valle de Puebla y la región de los volcanes (1540-1545). Vuelto a Tlatelolco, permaneció en el convento de 1545 a 1550. Estuvo en Tula en 1550 y 1557. Fue definidor provincial (1552) y visitador de la custodia del Santo Evangelio, en Michoacán (1558). Trasladado al pueblo de Tepepulco en 1558, permaneció allí hasta 1560, pasando en 1561 de nueva cuenta a Tlatelolco. Allí duró hasta 1585, año en que fue a residir al convento Grande de San Francisco de la ciudad de México, donde permaneció hasta 1571 para regresar otra vez a Tlatelolco. En 1573 predicó en Tlalmanalco. Fue de nuevo definidor provincial de 1585 a 1589. Falleció a los 90 o poco más años, en el convento Grande de San Francisco de México.
Fue un religioso e historiador español. Nació en Vitoria, España, en 1525. A los 20 años, en 1545, ingresó a la orden de los Franciscanos. Nueve años más tarde se dirigió a la Nueva España, de donde regresó a la península Ibérica en 1570 para retornar definitivamente al territorio mexicano en 1573. Desde esa fecha hasta 1597 se dedica a escribir su Historia eclesiástica indiana, la cual hubo de esperar casi tres siglos para ser publicada (edición aparecida en la ciudad de México, en 1870, a cargo de Joaquín García Icazbalceta). En ella realiza un interesante recorrido por la historia del virreinato desde el punto de vista evangelizador. Muere en 1604.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)



